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Directory Of Year 1963, Issue 1
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Proletarios de todos los países, unámonos para luchar contra nuestro enemigo común

Year:1963 Issue:1

Column: ARTICULOS

Author:

Release Date:1963-03-06

Page: 7-12

Full Text:  

El siguiente artículo es una traducción del editorial del Renmin Ribao, publicado el 15 de diciembre de 1962. Los subtítulos y los tipos en negritas son de la Redacción.

RECIENTEMENTE, en el momento preciso en que el imperialismo y los reaccionarios de los diversos países recurren a todos los medios concebibles para oponerse a los países socialistas, socavar el movimiento comunista internacional y aplastar las luchas revolucionarias de todos los pueblos y en que es de necesidad apremiante para los comunistas de todos los países fortalecer su unidad en la lucha conjunta contra el enemigo, resulta doloroso que haya aparecido en las filas del movimiento comunista internacional una contracorriente opuesta al marxismo-leninismo, al Partido Comunista de China y a otros partidos marxista-leninistas, contracorriente que socava la unidad del movimiento comunista internacional.

Un acontecimiento de la mayor gravedad

En el lapso transcurrido de más de un mes, se celebraron en Europa, uno tras otro, el VIII Congreso del Partido Comunista Búlgaro, el VIII Congreso del Partido Socialista Obrero Húngaro, el X Congreso del Partido Comunista de Italia y el XII Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia. Desgraciadamente, las tribunas de estos Congresos fueron utilizadas como plataformas para atacar a Partidos hermanos. Esta contracorriente, que socava la unidad y crea escisiones, alcanzó un nuevo punto máximo en los Congresos de los Partidos Comunistas de Italia y de Checoslovaquia. Camaradas de algunos Partidos hermanos no solamente continuaron atacando al Partido del Trabajo de Albania, sino que atacaron abiertamente y por su nombre al Partido Comunista de China, y censuraron además al Partido del Trabajo de Corea por estar en desacuerdo con los ataques al Partido Comunista de China. Esto constituye una violación extremadamente grosera de las Declaraciones de Moscú de 1957 y de 1960, adoptadas unánimemente por los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países. Es un acontecimiento de suma gravedad en el movimiento comunista internacional.

La Delegación del Partido Comunista de China, que fue invitada a asistir al Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, señaló solemnemente en su declaración del 8 de diciembre: "Esta práctica no está en consonancia con las dos Declaraciones de Moscú, no va en provecho de la unidad del campo socialista y del movimiento comunista internacional, no va en interés de la lucha contra el imperialismo ni en beneficio de la lucha por la paz mundial, y no está en conformidad con los intereses fundamentales de los pueblos de los países socialistas." "Tal proceder erróneo sólo puede profundizar las divergencias y crear escisiones; sólo puede apesadumbrar a los que están cerca de nosotros y nos son queridos y regocijar al enemigo."

El Partido Comunista de China ha sostenido de manera consecuente que la unidad del campo socialista y la unidad del movimiento comunista internacional representan los intereses fundamentales de los pueblos del mundo entero. Es deber sagrado de todos los comunistas salvaguardar y fortalecer con perseverancia esta unidad internacionalista. Debido a que los problemas de interés común para los diversos Partidos hermanos son muy complicados, que las condiciones en que se hallan diversos Partidos hermanos son muy distintas y que la situación objetiva cambia constantemente, es a menudo inevitable que surjan opiniones diferentes entre Partidos hermanos. Y además, el hecho de que hayan surgido opiniones diferentes no es necesariamente una cosa mala. Lo importante es que hay que proceder partiendo de la posición de defender y fortalecer la unidad internacionalista y de realizar una lucha conjunta contra el enemigo, atenerse a los principios que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos, estipulados en las dos Declaraciones de Moscú, y llegar a una unanimidad mediante consultas, a fin de que la unidad pueda tener una garantía segura.

Yendo cada vez más lejos por el camino de escisión

La práctica errónea de utilizar el Congreso de un Partido para atacar a otro Partido hermano apareció, por primera vez, en el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética celebrado hace un año. El Partido Comunista de China se opuso entonces resueltamente a esa práctica errónea. En dicho Congreso así como después del mismo, el Partido Comunista de China ha llamado con sinceridad varias veces a que los Partidos hermanos que tienen disputas y diferencias de opinión se unan de nuevo sobre la base del marxismo-leninismo y del respeto mutuo a la independencia e igualdad, y a que, en particular, el Partido que emprendió primero el ataque tome la iniciativa en ello. Sin embargo, es lamentable que este sincero esfuerzo de nuestra parte no haya logrado impedir el continuo empeoramiento de la situación. Los dirigentes de algunos Partidos hermanos, en vez de pensar en cambiar esta práctica errónea, la han intensificado y han ido cada vez más lejos por el camino de escisión, de suerte que esta práctica errónea ha aparecido sucesivamente en los recientes Congresos de cuatro Partidos hermanos de Europa.

Aquí quisiéramos decir algo sobre lo que sucedió en el Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia.

Durante ese Congreso, algunos camaradas del Partido checoslovaco y camaradas de algunos otros Partidos hermanos difamaron y atacaron a su antojo al Partido Comunista de China, calificándolo de "aventurero", "sectario", "escisionista", "nacionalista" y "dogmático". La Delegación del Partido Comunista de China, en su declaración, se opuso resueltamente a esta práctica que crea escisiones. La declaración señala: "Esta práctica errónea ya ha producido serias consecuencias y, si se la continúa, provocará inevitablemente consecuencias aún más graves." No obstante, esta actitud del Partido Comunista de China de dar primordial importancia a la unidad, no ha logrado provocar un cambio de proceder en aquellos que insisten en esta práctica errónea. Algunos dirigentes del Partido Comunista de Checoslovaquia han declarado que "no pueden estar de acuerdo" con las opiniones de la Delegación del Partido Comunista de China, han insistido en "seguir adelante" en esta práctica, incluso han llegado a pedir al Partido Comunista de China que "reconsidere" su posición con respecto a importantes problemas internacionales y han hecho públicas sus calumnias y ataques contra China ante todo el mundo. En estas circunstancias, nos vemos obligados a dar la respuesta necesaria.

Algunos camaradas del Partido Comunista de Checoslovaquia y camaradas de algunos otros Partidos hermanos atacaron al Partido Comunista de China por haber cometido lo que ellos llaman errores de "aventurerísmo". Hicieron a China el cargo de haberse opuesto a un "compromiso sensato" en lo referente a la cuestión cubana y de querer "precipitar (al mundo entero) en una guerra termonuclear". ¿Son los hechos realmente tal como ellos los presentaron?

La política exterior de paz seguida por China

El pueblo chino, como los pueblos de todos los demás países socialistas y del resto del mundo, ama la paz. China ha seguido siempre una política exterior de paz. Hemos luchado consecuente y enérgicamente por el alivio de la tensión internacional y en defensa de la paz mundial. China. fue una iniciadora de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica. Hemos abogado constantemente por la coexistencia pacífica entre los países de sistemas sociales diferentes sobre la base de los Cinco Principios, hemos estado por la solución de las disputas internacionales mediante negociaciones y en contra del uso de la fuerza.

El Partido Comunista de China ha sostenido siempre que, a fin de salvaguardar la paz mundial, realizar la coexistencia pacífica y aliviar la tensión internacional, es necesario, ante todo, oponerse firmemente a la política de agresión y guerra del imperialismo norteamericano y movilizar a las masas populares a luchar, respondiendo medida por medida, contra el imperialismo norteamericano. Nosotros creemos, como lo señalan las dos Declaraciones de Moscú, que las fuerzas socialistas, las de la liberación nacional, las de la democracia y todas las fuerzas de la paz, en una lucha conjunta, pueden frustrar los planes de agresión y guerra del imperialismo norteamericano e impedir el estallido de una guerra mundial.

Cómo tratar a los imperialistas y reaccionarios

Sobre la cuestión de cómo tratar al imperialismo y a todos los reaccionarios, el Partido Comunista de China siempre ha sostenido que hay que despreciarlos estratégicamente y tomarlos en serio tácticamente. Es decir, por una parte, desde el punto de vista estratégico y considerando la perspectiva y el conjunto, el imperialismo y todos los reaccionarios, al fin y al cabo, están condenados al fracaso y las masas populares triunfarán sin duda. Si no se comprende esto, será imposible alentar a las masas populares a emprender, con plena fe, una lucha revolucionaria resuelta contra el imperialismo y todos los reaccionarios, y será imposible conducir la revolución a la victoria. Por otra parte, desde el punto de vista táctico y en cada problema concreto que se enfrenta, hay que tratar en serio al imperialismo y todos los reaccionarios, proceder concienzudamente y con cuidado, y estudiar y perfeccionar el arte de lucha. Si no se comprende esto, será imposible llevar a cabo victoriosamente la lucha revolucionaria, se correrá el peligro de sufrir reveses y derrotas, y también será imposible conducir la revolución a la victoria. Este punto de vista de desprcciar estratégicamente al enemigo y tomarlo en serio tácticamente, al cual el Partido Comunista de China siempre se ha adherido, es precisamente el punto de vista a menudo señalado por nosotros de que el imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel. Este es un punto de vista enteramente marxista-leninista. Nos oponemos tanto al capitulacionismo como al aventurerismo. Todos los que quieren realizar la revolución y conquistar la victoria tienen que adoptar, al enfrentarse al enemigo, esta actitud, y no otra. La razón de ello radica en que si uno no se atreve a despreciar estratégicamente al enemigo, cometerá inevitablemente el error de capitulacionismo, y si uno es imprudente y temerario tácticamente en una lucha concreta, incurrirá inevitablemente en el error de aventurerismo. Si uno no se atreve a despreciar al enemigo en lo estratégico y al mismo tiempo actúa con imprudencia y temeridad en lo táctico, cometerá tanto el error de capitulacionismo en lo estratégico como el error de aventurerismo en lo táctico.

La fuerza decisiva en el desarrollo de la historia

En cuanto a la cuestión de cómo tratar las armas nucleares, los comunistas chinos, lo mismo antes que ahora, hemos abogado por la prohibición total de las armas nucleares, que tienen enorme capacidad destructiva, y nos hemos opuesto consecuentemente a la criminal política de guerra nuclear de los imperialistas. Hemos sostenido siempre que, en condiciones en que el campo socialista goza de una gran superioridad, es posible llegar a un acuerdo sobre la prohibición de las armas nucleares mediante negociaciones y por medio del desenmascaramiento continuo del imperialismo norteamericano y de la lucha incesante contra él. Pero ningún marxista-leninista y ningún pueblo revolucionario se han dejado jamás amedrentar por las armas nucleares que tiene en sus manos el imperialismo, ni han desistido jamás de su lucha contra el imperialismo y sus lacayos.

Nosotros, los marxista-leninistas, no somos partidarios de la teoría de que las armas lo deciden todo, ni de la teoría de que las armas nucleares lo deciden todo. No hemos creído nunca que las armas nucleares pueden decidir el destino de la humanidad. Estamos profundamente convencidos de que son las masas populares la fuerza decisiva en el desarrollo de la historia. Sólo ellas pueden decidir el curso de la historia de la humanidad. Nos oponemos con resolución a la política de chantaje nuclear del imperialismo. También sostenemos que los países socialistas no tienen, de ninguna manera, la necesidad de emplear las armas nucleares para apostar en un juego, ni como medio de intimidación. Si se hace así, se cometerá de verdad el error de aventurerismo. Si uno confía ciegamente en las armas nucleares, no ve ni tiene confianza en la fuerza de las masas populares y queda presa de pánico ante el chantaje nuclear del imperialismo, es probable que salte de un extremo a otro y cometa el error de capitulacionismo.

Somos de opinión de que, en su lucha contra el imperialismo norteamericano, el heroico pueblo cubano no ha cometido errores ni de capitulacionismo ni de aventurerismo. Igual que los demás pueblos del mundo, el pueblo cubano ama fervientemente la paz y trabaja con energía por ella. Pero, como dijo el camarada Fidel Castro, "el camino de la paz no es camino del sacrificio de los derechos de los pueblos, de las violaciones a los derechos de los pueblos, porque ése es precisamente el camino que conduce a la guerra". La Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y el Gobierno Revolucionario de Cuba proclamaron solemnemente en su declaración conjunta del 25 de noviembre: "No hay mejor forma de solución que la vía pacífica y la discusión entre los gobiernos, pero a la vez reiteramos que ante los imperialistas no claudicaremos jamás. Frente a sus posiciones de fuerza, opondremos nuestra firmeza; frente a la pretensión de humillarnos, nuestra dignidad; frente a la agresión, la decisión de luchar hasta el último combatiente."

El apoyo a Cuba: un obligado deber

El pueblo cubano, bajo la firme dirección de las Organizaciones Revolucionarias Integradas de Cuba y del Gobierno cubano, encabezados por Fidel Castro, ha sostenido, unido como un solo hombre y en las más complejas y difíciles condiciones, una lucha resuelta contra el imperialismo norteamericano e insistido en sus cinco justas demandas, en lugar de dejarse amedrentar por el chantaje nuclear de los EE.UU.; y, con el justo apoyo de los pueblos del mundo entero, logró una nueva gran victoria en la lucha contra la agresión norteamericana.

El Partido Comunista, el Gobierno y el pueblo de China apoyan con firmeza la acertada línea de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y del Gobierno de Cuba, las cinco justas demandas del pueblo cubano y su heroica lucha. Al actuar de esta manera, China está cumpliendo el obligado deber que le dicta el internacionalismo proletario. Si el apoyo de China a la justa lucha del pueblo cubano contra los agresores norteamericanos es "aventurerismo", quisiéramos preguntar: ¿significa esto que el pueblo chino, para que no lo llamen "aventurero", tiene que abstenerse de hacer lo posible por apoyar a Cuba en su lucha contra la agresión del imperialismo norteamericano? ¿Significa esto que uno puede evitar que lo llamen "aventurero" o "capitulacionista" sólo si exige obstinadamente a Cuba renunciar a su soberanía e independencia y abandonar sus cinco justas demandas? Todo el mundo ha visto que nosotros no hemos pedido que se transporten armas nucleares a Cuba ni hemos obstaculizado el retiro de las armas "ofensivas" de dicho país. En lo que a nosotros concierne, por lo tanto, no existe en absoluto cuestión alguna de "aventurerismo", ni mucho menos de "precipitar (al mundo entero) en una guerra termonuclear".

Algunas personas han censurado además a China por su justa posición en la cuestión fronteriza chino-hindú, como si China hubiera ocasionado un desastre. Pero, ¿cuáles son los hechos?

La posición de China en la cuestión fronteriza chino - hindú

China se ha pronunciado siempre por la solución de las cuestiones fronterizas con sus vecinos a través de negociaciones pacíficas y ha resuelto satisfactoriamente, sobre la base de los Cinco Principios, sus cuestiones de fronteras con Birmania, Nepal y otros países, mediante consultas amistosas y con un espíritu de comprensión y concesión mutuas. En lo que se refiere a la cuestión fronteriza chino-hindú, ya es sabido por todos quién ha rechazado, durante largo período, las negociaciones pacíficas, quién ha ocupado el territorio de quién, quién ha realizado provocaciones armadas y quién ha desatado ataques en gran escala. Ante las tentativas vanas del grupo reaccionario de la India de alterar por la fuerza la situación en la frontera chino-hindú y ante su siempre creciente intrusión en territorios limítrofes de China, el pueblo chino ha manifestado tolerancia durante años, esforzándose una y otra vez por encontrar una solución recta y razonable a través de negociaciones pacíficas.

Sin embargo, el gobierno de Nehru ha rechazado por completo las negociaciones, y tomado la tolerancia de China como señal de que es débil y puede ser ultrajada. El 12 de octubre, el Primer Ministro Nehru de la India, ordenó descaradamente que se lanzase un ataque contra China y que se "liberara" el territorio chino de guardias fronterizos chinos. Fue ante esta situación que los guardias fronterizos chinos se vieron obligados a contraatacar en defensa propia. China es un país socialista amante de la paz, pero no permitirá jamás que se la ultraje a discreción. Enfrentada a los ataques en masa de las tropas hindúes, China lanzó un contraataque en defensa propia; ésta fue una medida legítima elemental que habría tomado cualquier otro país soberano. Después de haber rechazado los ataques de las tropas hindúes, China propuso de inmediato el cese del conflicto, la ruptura del contacto y la reanudación de las negociaciones, y luego, por propia iniciativa, cesó el fuego y retiró sus tropas. Los hechos han probado que precisamente gracias a que el pueblo chino realizó una lucha necesaria contra las ambiciones expansionistas de los nacionalistas reaccionarios hindúes, la situación en la frontera chino-hindú ha comenzado a aliviarse y se ha realizado un cese el fuego de jacto.

¿Dónde han dejado el marxismo-leninismo?

Los esfuerzos consecuentes y sinceros de China por la solución pacífica de la cuestión fronteriza chino-hindú son reconocidos umversalmente. Pero lo extraño es que algunas personas que se llaman a sí mismas marxistaleninistas se hayan olvidado por completo del marxismo-leninismo. Estas personas no hacen uso jamás del punto de vista de clases del marxismo-leninismo para analizar la política reaccionaria del gobierno de Nehru que consiste en provocar el conflicto fronterizo chino-hindú y en rechazar obstinadamente la conciliación. Cierran sus ojos ante el hecho de que esta política surge de la necesidad de la gran burguesía y los grandes terratenientes de la India de oponerse al pueblo y al movimiento progresista del país; están igualmente ciegos ante el hecho de que esta política se ajusta exactamente a las necesidades del imperialismo y, en particular, del imperialismo norteamericano, y goza de su apoyo.

En realidad, el gobierno de Nehru ha reprimido en los últimos años de manera cada vez más brutal al pueblo de su país y se ha adherido cada vez más al imperialismo norteamericano, actuando como cómplice de éste en muchos sucesos internacionales importantes, como en los del Congo. La persistente oposición a China del gobierno de Nehru es precisamente el resultado de su política interior y exterior que se ha vuelto cada vez más reaccionaria. Los que acusan a China de haber empujado al gobierno de Nehru al Occidente toman exactamente la causa por el efecto. Durante todo el proceso de la disputa fronteriza chino-hindú, han confundido lo justo con lo erróneo, han fingido ser "neutrales", y han llamado verbalmente a China "hermano", pero al mismo tiempo, en realidad, consideran al grupo reaccionario hindú como sus parientes. ¿No deben acaso estas personas examinar su propia conciencia y preguntarse a sí mismas dónde han dejado el marxismo-leninismo y dónde han dejado su internacionalismo proletario?

¿Quién está socavando la unidad?

En el Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, algunas personas hicieron de nuevo muchos ataques desenfrenados contra el Partido del Trabajo de Albania, alegando que sus dirigentes eran "antisoviéticos", que socavaban la unidad y que eran "escisionistas" y "sectarios". Condenaron asimismo al Partido Comunista de China por su correcta posición de oponerse al ataque contra el Partido del Trabajo de Albania y de mantener los principios que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos, y le achacaron también los crímenes de "escisionismo", "sectarismo" y "nacionalismo". Pero estas calumnias y ataques que llaman a lo blanco, negro, resultarán completamente en vano.

El criterio para juzgar quiénes mantienen la unidad y quiénes son los escisionistas y sectarios, lo constituyen los principios que rigen las relaciones mutuas entre los Partidos y países hermanos, establecidos en las dos Declaraciones de Moscú unánimemente aprobadas en las Conferencias de Representantes de los Partidos Comunistas y Obreros, a saber, el principio de plena igualdad, el principio de unirse entre sí y al mismo tiempo mantener cada uno su independencia y autonomía, y el principio de unanimidad lograda mediante consultas de camaradería y en pie de igualdad. La experiencia ha demostrado que mientras se actúa conforme a estos principios correctos, la unidad entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos puede consolidarse, e incluso cuando surge tal o cual divergencia, se puede lograr una solución razonable. Por el contrario, si estos principios son infringidos y si en las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos, se ejerce la presión para imponer los puntos de vista de uno a otro o se practican la calumnia y el ataque en vez de conseguir la unanimidad mediante consultas, entonces se perjudicará inevitablemente la unidad y se cometerán errores de escisionismo y de sectarismo.

Un año atrás, en el XXII Congreso del Partido Comuunista de la Unión Soviética, la Delegación del Partido Comunista de China declaró: "Sostenemos que, si se producen, por desgracia, disputas o discrepancias entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos, deben ser resueltas con paciencia en el espíritu del internacionalismo proletario y de acuerdo con los principios de igualdad y de conseguir la unanimidad mediante consultas. Las censuras abiertas y unilaterales contra cualquier Partido hermano no contribuyen a la unidad ni a la solución de los problemas. No se puede considerar como una seria actitud marxista-leninista el revelar en forma abierta ante el enemigo las disputas entre Partidos hermanos o entre países hermanos."

Precisamente para mantener los principios que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos y salvaguardar la unidad entre esos Partidos y entre esos países, el Partido Comunista de China se opone con firmeza a que se ataque en el congreso de un Partido a otro Partido hermano. ¿En qué error incurrimos al adoptar tal posición? ¿Es posible acaso que seamos nosotros, que hemos hecho cuanto está a nuestro alcance para defender la unidad y oponernos a las acciones perjudiciales a ella, los "escisionistas" y "sectarios", y, en cambio, aquellos que lanzaron primero los ataques y socavaron la unidad, no sean escisionistas ni sectarios? En el Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, fue censurada la Delegación del Partido del Trabajo de Corea por no estar de acuerdo con los ataques que cierta gente dirigió contra el Partido Comunista de China. ¿Es posible acaso que sea un crimen la posición del Partido del Trabajo de Corea que defiende la unidad? ¿Es posible acaso que los que sostienen las Declaraciones de Moscú hayan cometido un error y, en cambio, aquellos que las violan estén en la razón?

Chauvinismo de gran nación

Los principios que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos establecidos en las dos Declaraciones de Moscú, no han concedido derecho a ningún Partido, grande o pequeño, a lanzar en su propio Congreso ataques contra otro Partido hermano. Si se admite tal práctica errónea, entonces un Partido puede atacar a otro, a éste hoy y a aquél mañana. Si se sigue procediendo así, ¿qué será de la unidad del movimiento comunista internacional?

Los principios que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos establecidos en las dos Declaraciones de Moscú son justamente la encarnación de los principios del internacionalismo proletario sobre las relaciones entre los Partidos y países hermanos. Si se violan estas normas, se caerá inevitablemente en la ciénaga del chauvinismo de gran nación u otras formas del nacionalismo burgués. Pero los que acusaron al Partido Comunista de China de haber cometido el error de "nacionalismo", no han reflexionado en qué posición se han colocado en sus relaciones con los Partidos y países hermanos. Obviamente son ellos mismos quienes han violado los principios que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos, quienes han lanzado ataques a otro Partido hermano y otro país hermano y han seguido las prácticas erróneas del nacionalismo y del chauvinismo de gran nación. No obstante, insisten en que los demás deben hacer lo que ellos hacen, y a los que no obedecen ni siguen sus órdenes se les acusa de "nacionalismo". ¿Se ajusta esto acaso con los principios del internacionalismo proletario? ¿No es esta práctica errónea exactamente lo que son el escisionismo y el sectarismo? ¿No es ella acaso peor manifestación del nacionalismo y del chauvinismo de gran nación?

¿Quién lanzó la primera piedra?

Los que acusan al Partido del Trabajo de Albania de ser "antisoviético" y de socavar la unidad deben preguntarse a sí mismos, ¿quiénes, después de todo, provocaron primero la disputa? ¿Quiénes atacaron primero al Partido del Trabajo de Albania en su propio congreso? ¿Por qué uno se concede a sí mismo el derecho de atacar desenfrenadamente a un Partido hermano, en tanto que este Partido no tiene siquiera derecho a responder? Si los camaradas albaneses son calificados de "antisoviéticos" porque respondieron a los ataques lanzados contra ellos, ¿cómo habría que llamar a aquellos que lanzaron primero y repitieron una y otra vez los ataques al Partido del Trabajo de Albania? ¿Y cómo habría que llamar a aquellos que han atacado en forma arbitraria al Partido Comunista de China?

Para un comunista, la exigencia mínima es que debe hacer una clara distinción entre el enemigo y nosotros mismos, que debe ser despiadado con el enemigo y bondadoso con sus propios camaradas. No obstante, alguna gente procede precisamente al revés. Es tan "complaciente" con el imperialismo y hace "concesiones mutuas" con él, pero muestra una hostilidad implacable a los Partidos y países hermanos. Esta gente puede adoptar una actitud de "compromiso sensato" y de "moderación" hacia el enemigo que muestra dientes y garras, pero no quiere adoptar una actitud conciliatoria con los Partidos y países hermanos. Ser tan "bondadoso" con el enemigo y tan "despiadado" con los Partidos y los países hermanos socialistas, no es, por cierto, la posición que debe tomar un marxista-leninista.

Tito, renegado del comunismo

La Declaración de Moscú de 1960 afirma que el revisionismo es el peligro principal en el movimiento comunista internacional en la actualidad. Señala: "Haciendo traición al marxismo-leninismo. . . los dirigentes de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia han contrapuesto la Liga de los Comunistas de Yugoslavia a todo el movimiento comunista internacional; . . . realizan una labor de zapa contra el campo socialista y el movimiento comunista mundial." Además, la Declaración de Moscú de 1960 llama a los comunistas de todos los países a combatir activamente la influencia de las ideas anti-leninistas de los revisionistas modernos de Yugoslavia. Sin embargo, algunos comunistas exaltan hasta el cielo a Tito, renegado del comunismo, y se relacionan muy íntimamente con su grupo. Durante el reciente Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, algunas personas llegaron al extremo de oponerse al desenmascaramiento de los revisionistas modernos yugoslavos por el Partido Comunista de China. En una palabra, estas personas quieren unirse con quienes precisamente deben ser combatidos, y combaten a aquellos con quienes precisamente hay que unirse. Cabe preguntar, ¿no es ésta una abierta y burda violación de las dos Declaraciones de Moscú? ¿Adónde conducirá tal línea?

Todos los hechos demuestran que los comunistas chinos, al igual que los verdaderos comunistas del mundo entero, se han atenido consecuentemente al marxismo-leninismo y a los principios revolucionarios de las dos Declaraciones de Moscú. Los que atacan al Partido Comunista de China tratan obstinadamente de imponernos la etiqueta de "dogmatismo". Esto sólo prueba que el "dogmatismo" a que ellos se oponen no es otra cosa que la posición de la teoría marxista-leninista y de los principios revolucionarios de las dos Declaraciones de Moscú, que defienden con resolución los comunistas chinos y los demás comunistas de verdad. Esas personas creen que, tan sólo si ponen en alto el rótulo de "antidogmatismo" y pregonan lo que llaman "espíritu creador", pueden tergiversar el marxismo-leninismo y revisar las Declaraciones de Moscú a su arbitrio. Esto no es permisible en absoluto. Quisiéramos interpelar a esa gente: ¿siguen siendo todavía válidos esos dos documentos históricos del movimiento comunista internacional, adoptados y. firmados unánimemente por todos los Partidos Comunistas y Obreros? ¿Deben ser observados aún?

La verdadera mayoría

Algunas personas dicen: "Somos la mayoría y ustedes son la minoría. Por lo tanto, somos marxista-leninistas creadores y ustedes son dogmáticos; nosotros tenemos razón y ustedes están equivocados". Sin embargo, cualquiera que tenga un poco de sentido común sabe que el problema de quién tiene razón y quién está equivocado, y de quién representa la verdad, no puede ser decidido por la mayoría o minoría en un momento dado. La verdad existe objetivamente. La mayoría en un momento dado no puede, de todas maneras, convertir la falsedad en verdad; ni puede la minoría en un determinado tiempo convertir la verdad en falsedad. Abundan en la historia casos en que, en ciertas épocas y en ciertas ocasiones, la verdad no estuvo del lado de la mayoría, sino de parte de la minoría. Durante el período de la Segunda Internacional, Lenin y los bolcheviques estaban en la minoría del movimiento obrero internacional, pero la verdad estaba del lado de Lenin y los bolcheviques. En diciembre de 1914, después del estallido de la Primera Guerra Mundial, al votarse el presupuesto de guerra en el parlamento alemán, la mayoría de los diputados del Partido Social-Demócrata Alemán se pronunciaron a favor, y sólo Karl Liebknecht votó en contra; pero la verdad estaba de parte de este último. Todos los que se atreven a insistir en la verdad jamás tienen miedo a ser temporalmente la minoría. Por otra parte, todos los que persisten en el error, incluso si son temporalmente la mayoría, no pueden evitar su bancarrota final.

El marxismo-leninismo considera que la única mayoría digna de la mayor confianza en este mundo son los pueblos, que deciden el curso de la historia y constituyen más del 90 por ciento de la población total del globo. Los que transgreden los intereses fundamentales de más del 90 por ciento de la población del mundo pueden armar un alboroto y dar voceríos por un momento, en algún lugar o en alguna reunión, pero no representan en definitiva la mayoría genuina. La "mayoría" suya es solamente un fenómeno ficticio y superficial, y en el fondo no es sino una minoría; la "minoría" que ellos atacan es, en esencia, justamente la mayoría. Los marxista-leninistas siempre ahondan en los fenómenos para ver los problemas en su esencia. Nos sometemos sólo a la veradad y a los intereses fundamentales de los pueblos del mundo; no nos sometemos jamás a ningún bastón de mando antimarxista-leninista. Por mucho que nos injurien y se opongan a nosotros los imperialistas, los reaccionarios y los revisionistas contemporáneos, quedará absolutamente inconmovible nuestra posición de sostener el marxismo-leninismo y la verdad.

¿Qué partido están jugando?

Quisiéramos recordar a los que atacan al Partido Comunista de China, que las diatribas sin fundamentos no sirven a ningún fin útil. Las diatribas, por más injuriosas y violentas que sean, no pueden desvirtuar la gloria de un partido marxista-leninista. Desde el día mismo en que se fundó en el mundo el primer Partido Comunista, no se ha conocido ningún verdadero Partido Comunista que no haya sido objeto de diatribas, ni se ha conocido ningún verdadero Partido Comunista que haya sido derrumbado por las diatribas. El Partido Comunista de China ha crecido, se ha templado y ha logrado victoria tras victoria, justamente en medio de las maldiciones de los imperialistas, reaccionarios, revisionistas y toda clase de oportunistas. Sus maldiciones no nos han perjudicado en lo más mínimo. Por el contrario, estas diatribas sólo demuestran que hacemos lo justo, que insistimos en los principios del marxismo-leninismo y que defendemos los intereses fundamentales de los pueblos del mundo.

También quisiéramos recordar a los que atacan al Partido Comunista de China que en estos momentos el imperialismo norteamericano dirige un coro antichino, y Kennedy ha salido en persona a declarar que un problema importante del mundo occidental en la actualidad es cómo enfrentar el "régimen de la China comunista". En momentos como éstos, ¿no creen necesario trazar una línea de demarcación entre ustedes y el imperialismo norteamericano y sus lacayos?

La práctica errónea de crear escisiones que ha surgido en el movimiento comunista internacional, sólo puede beneficiar a los imperialistas y a los reaccionarios. ¿No ven ustedes que los imperialistas, los reaccionarios de todos los países y los revisionistas contemporáneos de Yugoslavia están aplaudiendo y regocijándose por los desgraciados sucesos y anhelan una escisión en el movimiento comunista internacional? No hace mucho, Dean Rusk dijo en forma abierta que las divergencias entre los comunistas "son muy serias y trascendentes. . . la confusión creada en el seno de los Partidos Comunistas del mundo entero. . . ha sido útil para el mundo libre". Los que atacan al Partido Comunista de China y a otros partidos marxista-leninistas deben pensar: el enemigo aclama esta práctica como una gran ayuda para el "mundo libre"; ¿es esto acaso algo de lo cual podamos enorgullecernos?

¡Proletarios de todos los países, unios!

No tiene nada de sorprendente que hayan vueltas y revueltas de una u otra clase en el camino por el cual avanza el movimiento comunista internacional. Desde sus comienzos el marxismo-leninismo se ha desarrollado continuamente a través de luchas victoriosas contra todo tipo de oportunismo. El movimiento comunista internacional siempre ha realizado constantes avances superando toda suerte de dificultades. Todos los imperialistas, reaccionarios y revisionistas contemporáneos están destinados a transformarse en basura histórica en medio del torrente del movimiento comunista internacional y del torrente de las grandiosas luchas revolucionarias de los pueblos del mundo entero.

Los comunistas de los distintos países comparten el mismo gran ideal y la misma noble causa, y enfrentan a un enemigo común; tenemos mil y una razones para unirnos y ninguna para crear escisiones. ¡Que entren en razón los camaradas que crean escisiones! Los comunistas chinos desean sinceramente que los Partidos Comunistas de todos los países den primordial importancia a los intereses del movimiento comunista internacional, a los intereses de la lucha común del proletariado internacional y los pueblos del mundo entero contra el enemigo, a nuestras gloriosas tareas históricas y a las ardientes esperanzas de los pueblos revolucionarios del mundo, y que, de acuerdo con los principios que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos establecidos en las dos Declaraciones de Moscú, adopten métodos correctos para eliminar las divergencias y salvaguardar la unidad.

Siempre que tengamos todos el deseo de solucionar los problemas, no será difícil encontrar el método correcto para lograrlo. La Declaración de la Delegación del Partido Comunista de China en el Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia señala:

"Con el objeto de resolver las diferencias en torno a ciertas cuestiones importantes de principio en el movimiento comunista internacional, el Partido Comunista de China y algunos otros Partidos hermanos han propuesto convocar a una conferencia de representantes de los Partidos Comunistas y Obreros de todos los países del mundo, a fin de clarificar lo que es justo y lo que es erróneo, reforzar la unidad y enfrentarse conjuntamente al enemigo. Consideramos que éste es el único método correcto para solucionar los problemas."

El Partido Comunista de China desea, junto con los Partidos hermanos de otros países y sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario, hacer cuanto pueda para fortalecer la unidad y oponerse a la escisión, y esforzarse por nuevas victorias en la causa de la paz mundial, la liberación nacional, la democracia y el socialismo. ¡Unámonos y no escatimemos ningún esfuerzo para luchar firmemente en defensa de la gran unidad del movimiento comunista mundial, la gran unidad del campo socialista y la gran unidad de los pueblos revolucionarios del mundo y todos los pueblos amantes de la paz! Levantemos una vez más la gran consigna de Marx y Engels:

¡Proletarios de todos los países, unios!

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