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Directory Of Year 1963, Issue 1
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Unámonos sobre la base de las dos Declaraciones de Moscú

Year:1963 Issue:1

Column: ARTICULOS

Author:

Release Date:1963-03-06

Page: 33-38

Full Text:  

El siguiente artículo es una traducción del editorial del Renmin Ribao, publicado el 27 de enero de 1963. Los subtítulos y los tipos en negritas son de la Redacción.

EL Partido Socialista Unificado de Alemania realizó su VI Congreso del 15 al 21 de enero.

En estos momentos, los imperialistas, los reaccionarios de los diversos países y los revisionistas yugoslavos usan todos los medios para socavar la unidad de los pueblos del mundo entero, en particular, la unidad del campo socialista y la unidad del movimiento comunista internacional, con el intento de impedir el desarrollo triunfal de la lucha de todos los pueblos por la paz mundial, la liberación nacional, la democracia y el socialismo. Los comunistas de todos los países y la humanidad progresista del mundo entero, se sienten profundamente preocupados e inquietos por el creciente daño que se está haciendo a la unidad de las filas del movimiento comunista internacional y exigen ansiosamente la eliminación de las divergencias y el fortalecimiento de la unidad en la lucha común contra el enemigo, basándose en las dos Declaraciones de Moscú.

Esperábamos que este Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania, celebrado en estas condiciones, se adheriría a las dos Declaraciones de Moscú y contribuiría a la unidad del campo socialista y a la del movimiento comunista internacional. La República Democrática Alemana, que se encuentra en el frente occidental del campo socialista, frente a la amenaza del militarismo germano occidental sostenido por el imperialismo norteamericano, debería haber dirigido el filo de su lucha contra nuestros enemigos comunes, y no había la menor razón para repetir en este Congreso los mismos sucesos que duelen a aquellos que son amigos y próximos a nosotros y alegran al enemigo.

Lamentablemente, lo que ocurrió en este Congreso fue contra nuestro deseo.

Las palabras contradicen los hechos

Las características sobresalientes de este Congreso fueron: mientras se habló mucho del cese de los ataques y del fortalecimiento de la unidad entre los Partidos hermanos, se continuaron los ataques extremadamente crudos contra el Partido Comunista de China y otros Partidos hermanos, ampliando así aún más las divergencias y dañando la unidad, y mientras se pronunciaron muchas palabras en apoyo a las dos Declaraciones de Moscú, se realizaron descaradas tentativas de revocar la sentencia aprobada sobre los renegados del marxismo-leninismo, la camarilla de Tito, en violación abierta de las dos Declaraciones de Moscú.

Cuando el jefe de la Delegación del Partido Comunista de China, que fue invitado a asistir al Congreso, citó y explicó, durante su discurso, la crítica del revisionismo yugoslavo hecha en la Declaración de Moscú de 1960, el presidente ejecutivo del Congreso le interrumpió repetidas veces, y bajo su batuta, hubo una ola de rechiflas, silbidos y pataleos en la sala del Congreso. Este es en realidad un fenómeno extraño y casi increíble en el movimiento comunista internacional. Cuando el delegado del Partido Comunista de China terminó su discurso, el presidente ejecutivo del Congreso llegó hasta a protestar. Declaró que él "rechazaba muy decididamente" la crítica del revisionismo yugoslavo hecha por el delegado del Partido Comunista de China, y la consideró como "contravención a todas las normas comunes entre los Partidos Comunistas y Partidos Obreros revolucionarios." Luego, el periódico soviético Izvestia atacó al delegado del Partido Comunista de China por haber criticado al revisionismo yugoslavo, diciendo que esta crítica era "totalmente impermisible".

Ante todos los comunistas del mundo entero, este Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania planteó las siguientes cuestiones de importancia vital: ¿Han de estar unidas o no las filas del movimiento comunista internacional? ¿Han de estar verdadera o falsamente unidas? ¿Sobre qué base han de estar unidas, sobre la base de las dos Declaraciones de Moscú o han de estar "unidas" sobre la base del programa revisionista de Yugoslavia, o sobre alguna otra base? En otras palabras, ¿se han de eliminar las divergencias y fortalecer la unidad, o se han de ampliar las divergencias y crear una escisión?

El Partido Comunista de China, todos los marxista-leninistas y toda la humanidad progresista, desean unánimemente mantener la unidad y oponerse a la escisión; asegurar la unidad verdadera y oponerse a la unidad falsa; defender la base común de la unidad del movimiento comunista internacional y oponerse a la destrucción de esta base, y mantener y fortalecer la unidad del campo socialista y la del movimiento comunista internacional, sobre la base de las dos Declaraciones de Moscú.

Lo importante es la unidad

El Partido Comunista de China ha considerado siempre que la unidad del campo socialista y la del movimiento comunista internacional es la garantía segura para la victoria de la revolución de todos los pueblos, para la victoria de la lucha contra el imperialismo y sus lacayos, para la victoria de la causa por la paz mundial, la liberación nacional, la democracia y el socialismo, y para el triunfo del comunismo en el mundo entero. La base de esta unidad es el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario, las Declaraciones de Moscú de 1957 y de 1960. Estos dos documentos, de gran importancia histórica, fueron acordados unánimemente por los Partidos Comunistas y Obreros de todos los países y constituyen el programa común del movimiento comunista internacional. Sólo mediante la adhesión estricta a estos dos documentos es posible fortalecer la unidad y lograr la unidad verdadera; la violación de dichos documentos sólo puede perjudicar la unidad y conducir a una falsa unidad. Es el sagrado deber de los comunistas de todos los países sostener resueltamente los principios revolucionarios de las dos Declaraciones de Moscú y las normas comunes que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos y emprender una lucha irreconciliable contra todas las palabras y hechos que violen dichas declaraciones.

El Partido Comunista de China se ha esforzado consecuentemente por sostener y fortalecer la unidad del campo socialista y la del movimiento comunista internacional. Cuando en 1956, los imperialistas, los reaccionarios de todos los países y los revisionistas yugoslavos, alzaron en escala internacional una ola anti-soviética y anti-comunista y maquinaron la rebelión contrarrevolucionaria en Hungría, el Partido Comunista de China, junto con otros Partidos hermanos, sostuvo una lucha resuelta, salvaguardando de esta manera el marxismo-leninismo y defendiendo el campo socialista. En las Reuniones de Moscú de 1957 y 1960, el Partido Comunista de China y otros Partidos hermanos, con sus esfuerzos conjuntos y mediante amplias consultas, formularon una línea común para el movimiento comunista internacional y establecieron las normas comunes para regir las relaciones mutuas entre los Partidos y países hermanos. En estas dos reuniones, sostuvimos una lucha necesaria contra ciertas tendencias erróneas que estaban en contra del interés de la unidad e hicimos compromisos necesarios sobre ciertas cuestiones, con lo cual hicimos nuestro aporte al acuerdo unánime que se alcanzó en las reuniones.

Sincero consejo del P.C. de Ch.

En el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética efectuado en 1961, cuando ocurrió el primer serio incidente en el cual un Partido lanzó un abierto ataque por su nombre en su propio Congreso contra otro Partido hermano, es decir, el Partido del Trabajo Albanés, la Delegación del Partido Comunista de China expresó su firme oposición y ofreció su sincero consejo. Señalamos allí mismo que una práctica de esta índole "no contribuye a la unidad ni a la solución de los problemas. No se puede considerar como una prudente y seria actitud marxista-leninista el revelar en forma pública ante el enemigo las disputas entre los Partidos y países hermanos. Tal actitud sólo puede causar pena a aquellos próximos y queridos para nosotros y agradar al enemigo. El Partido Comunista de China espera sinceramente que aquellos Partidos hermanos que tienen disputas y divergencias entre sí, vuelvan a unirse sobre la base del marxismo-leninismo y sobre la base del respeto mutuo a la independencia y a la igualdad." Es lamentable que estos esfuerzos nuestros no lograsen impedir el ulterior empeoramiento en las relaciones soviético-albanesas. Nuestras buenas intenciones incluso fueron objeto de una serie de censuras por alguna gente.

En abril de 1962, con el deseo de defender las normas que rigen las relaciones mutuas entre los Partidos y países hermanos, y de fortalecer la unidad, el Partido Comunista de China apoyó activamente las proposiciones formuladas por algunos Partidos hermanos para el alivio de las relaciones y el mejoramiento de la atmósfera, y escribió al Partido hermano concerniente expresando oficialmente su opinión acerca de la conveniencia de la convocatoria de una reunión de representantes de todos los Partidos Comunistas y Obreros, con miras a eliminar las divergencias y fortalecer la unidad a través de discusiones y consultas de camaradería. Señalamos también que, con anterioridad a una reunión de esta naturaleza, todos los Partidos hermanos deberían realizar una gran cantidad de trabajo preparatorio, incluyendo el cese de los ataques contra otro Partido hermano por la radio y en la prensa, a fin de crear las condiciones favorables para la reunión arriba mencionada y asegurar su éxito.

Sentimos gran pena que estas proposiciones positivas del Partido Comunista de China y de algunos otros Partidos hermanos no hayan recibido una respuesta correspondiente del Partido hermano concerniente. Por el contrario, la práctica que viola las normas que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos, y, sobre todo, la vil práctica de atacar abiertamente por su nombre a otros Partidos hermanos en el Congreso de un Partido, ha ido de mal en peor. En los recientes Congresos de varios Partidos hermanos, se continuaron los ataques contra el Partido del Trabajo Albanés y se lanzaron ataques contra el Partido Comunista de China, mientras en alguno se atacó también al Partido del Trabajo de Corea.

Nuevas cimas

Esta contracorriente, que va en contra de las dos Declaraciones de Moscú y que está minando la unidad del movimiento comunista internacional, alcanzó nuevas alturas en el VI Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania. En este Congreso, la camarilla revisionista yugoslava fue patrocinada de muchas maneras, mientras el delegado de un Partido hermano que criticó al revisionismo yugoslavo de acuerdo con la Declaración de Moscú de 1960, fue tratado de manera brutal y no como camarada. Este proceder es muy vulgar, y no sirve para nada, Según el punto de vista de ciertos camaradas, es impermisible e ilegal el adherirse a los principios de la Declaración de Moscú de 1960, acordados por unanimidad por los Partidos hermanos, mientras el revisionismo yugoslavo, que fue condenado por dicha Declaración de Moscú, es legal y debe dársele la bienvenida. Por un lado, ellos atacan desenfrenadamente a los camaradas que se adhieren al marxismo-leninismo y por otro lado, hablan volublemente de unidad con los revisionistas de cuerpo entero. Por un lado, emplean todos los métodos concebibles para privar de la oportunidad de hablar a los camaradas que se oponen al revisionismo yugoslavo, y por otro lado, aplauden a los traidores al marxismo-leninismo. Esta pésima situación es aún más seria, porque es el resultado de una esmerada maquinación.

No podemos por menos de declarar aquí, con toda seriedad, que el movimiento comunista internacional se encuentra en una coyuntura crítica. Las dos Declaraciones de Moscú — la base común de la unidad de los Partidos Comunistas y Obreros de todos los países — se hallan en peligro de ser reducidas a pedazos públicamente. La unidad del campo socialista y la unidad del movimiento comunista internacional están gravemente amenazadas.

En el movimiento comunista internacional de hoy, la actitud que se debe adoptar hacia el revisionismo yugoslavo no es un problema insignificante sino un problema importante; no es un problema parcial, sino un problema que afecta la situación general en su conjunto. Es un problema que está relacionado con la alternativa de si hay que adherirse al marxismo-leninismo o caer en un mismo pantano con el revisionismo yugoslavo; si establecer la unidad sobre la base de las dos Declaraciones de Moscú o la "unidad" sobre la base del programa revisionista de Yugoslavia, o de alguna otra cosa; si fortalecer verdaderamente la unidad o pronunciarse verbalmente por ella mientras en realidad crear una escisión. Este es, en fin de cuentas, el problema de si hay que observar estrictamente las dos Declaraciones de Moscú o romperlas en pedazos.

Los revisionistas yugoslavos han sido condenados

La Declaración de Moscú de 1960 establece inequívocamente: "Los partidos comunistas han condenado unánimemente la variedad yugoslava del oportunismo internacional, expresión concentrada de las 'teorías' de los revisionistas contemporáneos. Haciendo traición al marxismo-leninismo y declarándolo caduco, los dirigentes de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia han contrapuesto su programa revisionista anti-leninista a la Declaración de 1957; han contrapuesto la Liga de los Comunistas de Yugoslavia a todo el movimiento comunista internacional; han separado su país del campo socialista, colocándolo en una situación dependiente de la llamada 'ayuda' de los imperialistas norteamericanos y demás y han creado así el peligro de que se vean reducidas a la nada las conquistas revolucionarias logradas por el pueblo yugoslavo en su heroica lucha. Los revisionistas yugoslavos realizan una labor de zapa contra el campo socialista y el movimiento comunista mundial. So pretexto de aplicar una política al margen de los bloques, despliegan actividades perjudiciales a la unidad de todas las fuerzas pacíficas y de todos los Estados amantes de la paz. Ante los partidos marxistas-leninistas sigue planteada la tarea necesaria de continuar denunciando a los dirigentes de los revisionistas yugoslavos y de luchar activamente por impedir la penetración de las ideas antileninistas de los revisionistas yugoslavos en el movimiento comunista y en el movimiento obrero."

La posición adoptada por el Partido Comunista de China hacia el revisionismo yugoslavo es, precisamente, la prescrita en la Declaración de Moscú de 1960, posición que deben y tienen que adoptar todos los Partidos marxista-leninistas. Esta posición es diametralmente opuesta a la de los revisionistas yugoslavos, quienes se oponen de raíz a la Declaración de Moscú de 1957, así como a la Declaración de Moscú de 1960, y contraponen su programa revisionista al programa común de los Partidos Comunistas y Obreros de diversos países. En el programa de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, la camarilla de Tito niega el antagonismo esencial entre el campo socialista y el campo imperialista y aboga por lo que llama una posición "al margen de los bloques"; niega la teoría de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado y sostiene que los países capitalistas pueden "crecer pacíficamente" hacia el socialismo; llama "capitalismo de Estado" al sistema de propiedad de todo el pueblo de los países socialistas; además, considera "caduco" el marxismo-leninismo. Todo esto es tan incompatible con las tesis marxista-leninistas de las dos Declaraciones de Moscú, como el fuego con el agua.

En el comunicado del IX Pleno de su Comité Central, celebrado a raíz de la Reunión de Moscú de 1957, en diciembre del mismo año, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia declaró: "El Pleno considera que la delegación, siguiendo la línea política del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, actuó correctamente al no tomar parte en la reunión de los Partidos Comunistas y Obreros de los doce países socialistas y al no firmar la declaración de dicha reunión, declaración que contiene algunos puntos de vista y apreciaciones que son contrarios a los puntos de vista de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia y que ésta considera incorrectos."

El ataque de la camarilla de Tito a la Declaración de Moscú

En cuanto a la Declaración de Moscú de 1960 la camarilla de Tito la atacó de una manera aún más desenfrenada. En febrero de 1961, en una sesión ampliada del Comité Ejecutivo del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, el mismo Vlahovic, delegado de la camarilla de Tito, quien fue objeto de una febril acogida en el reciente Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania, dijo: "La Conferencia de Moscú tomó la línea de buscar compromisos entre diferentes posiciones y tendencias, tomó la línea de 'establecer modelos, igualar mecánicamente, establecer reglas tácticas uniformes de lucha', de modo que en esta declaración única los puntos de vista y tendencias respecto al desarrollo social contemporáneo objetivo del mundo se reflejaron junto con la concepción burocrátíco-dogmática, cuyo más obvio ejemplo lo representa la posición hacia la Yugoslavia socialista." La resolución sobre la Declaración de Moscú de 1960, aprobada en dicha sesión ampliada del Comité Ejecutivo del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, celebrada en febrero de 1961, declaró: "La Declaración de Moscú de 1960 . . . puede causar efectos perniciosos no sólo a la causa del socialismo sino también a los esfuerzos por la consolidación de la paz mundial."

¿Se debe o no criticar al revisionismo yugoslavo? Este no debía ser un problema en las filas comunistas internacionales. La posición de principio del Partido Comunista de China de oponerse resueltamente al revisionismo yugoslavo fue apoyada por otros Partidos hermanos. Todos recuerdan que en junio de 1958, en su discurso pronunciado ante el VII Congreso del Partido Comunista de Bulgaria, el camarada Jruschov dijo: "Los camaradas chinos, así como los otros Partidos hermanos, critican correcta y profundamente las tesis revisionistas del proyecto de programa de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia."

Como todos se acuerdan, precisamente en el anterior Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania, o sea, el V Congreso, celebrado en julio de 1958, no había divergencias sobre el problema de si los Partidos Comunistas y Obreros debían o no criticar al revisionismo yugoslavo. Allí mismo, el camarada Jruschov dijo: "Los puntos de vista antimarxistas y antileninistas de los dirigentes yugoslavos han sido sometidos a profundas críticas de principio por parte del Partido Comunista de China, el Partido Socialista Unificado de Alemania y todos los demás Partidos hermanos. En resoluciones adoptadas por sus organismos dirigentes y en artículos publicados en su prensa de Partido, todos los Partidos han adoptado una posición clara que condena estos puntos de vista, prestando considerable atención al análisis crítico de los mismos. Esto es correcto."

El también dijo: ". . . cuando los dirigentes yugoslavos dicen que son marxista-leninistas y usan en realidad el marxismo-leninismo sólo como un ropaje para conducir a la gente crédula a errores y desviarla del camino de la lucha revolucionaria de clases, señalado por Marx y Lenin, ellos quieren arrebatar el arma clasista más afilada de las manos de la clase obrera. Quieran o no quieran, ellos están ayudando al enemigo de clase del pueblo trabajador, y a cambio de esto, reciben préstamos; a cambio de esto los imperialistas ensalzan su política 'independiente, no bloquista', usada por las fuerzas reaccionarias para socavar nuestro campo socialista."

El añadió: "En sus discursos y documentos oficiales, los dirigentes yugoslavos han formulado abiertamente puntos de vista revisionistas que van en contra de la escencia revolucionaria del marxismo-leninismo. Ellos aplican abiertamente una línea escisionista y revisionista y, de este modo, ayudan a los enemigos de la clase obrera en su lucha contra el comunismo, en la lucha de los imperialistas contra los Partidos Comunistas y contra la unidad del movimiento obrero revolucionario internacional."

El continuó diciendo: "El programa de la dirección yugoslava es, en su esencia, una mala versión de toda una serie de programas sostenidos por los socialdemócratas de derecha. Consecuentemente, los dirigentes yugoslavos no han seguido el camino de la doctrina revolucionaria marxista-leninista; han seguido el camino trazado por los revisionistas y oportunistas de la Segunda Internacional: Bernstein, Kautsky y otros renegados. En realidad ellos ya se han fusionado con el descendiente de Karl Kautsky, su hijo Benedict . . ."

No podemos comprender por qué algunos camaradas, que adoptaron la posición justa respecto a la crítica del revisionismo yugoslavo, han dado ahora un vuelco en redondo.

Se ha dicho que esto se debe a que "los dirigentes yugoslavos han eliminado muchísimo de lo que fue considerado erróneo". Pero, desgraciadamente, la propia camarilla de Tito nunca reconoció haber cometido error alguno, ni que hablar de eliminar errores. Si se afirma que la camarilla de Tito "ha eliminado" sus errores, esto es realmente subjetivismo. Quisiéramos invitar a los defensores de la camarilla de Tito a escuchar sus propias declaraciones.

Ya en abril de 1958, en el VII Congreso de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, Tito declaró: "Si hay gente en cualquier parte que espera que renunciemos a nuestra posición de principio con respecto a los problemas internacional e interior, eso no es más que una pérdida de tiempo."

En 1959, Kardelj, otro dirigente de la camarilla de Tito, en un folleto escrito por él, dijo aún más descaradamente: "Ahora parece que lo que los críticos nos proponen repetidamente es lo que ellos han comenzado a renunciar, y nos critican precisamente por lo que ellos han comenzado a aceptar."

Y últimamente, en diciembre de 1962, en Belgrado, al apearse del tren a su regreso de la Unión Soviética, Tito dijo: "Cualquier discusión acerca de que ahora Yugoslavia pueda cambiar su política es sencillamente superflua y ridicula. No tenemos necesidad de cambiar nuestra política." Después de varios días, Tito dijo: "Dije allá (en la Unión Soviética) que no existe posibilidad de que Yugoslavia cambie su política exterior."

Las palabras de Tito y Kardelj demuestran que la camarilla de Tito niega categóricamente que se haya hecho ningún cambio en la línea y política revisionistas de la camarilla de Tito. En efecto, no ha hecho ningún cambio. Los que intencionadamente han dicho que la camarilla de Tito "ha eliminado muchísimo de lo que fue considerado erróneo", si no han dicho mentira, ¿cómo se llama?

Acercándose a la camarilla de Tito

En los últimos tiempos hay quienes hablan profusamente de que en muchos problemas, sus puntos de vista se aproximan y coinciden cada vez más con los de la camarilla de Tito. Quisiéramos preguntar: ¿Puesto que la línea y la política revisionistas de la camarilla de Tito no han registrado ningún cambio, querría decir entonces, que los mismos que han hecho esas declaraciones se aproximan cada día más a la línea y la política revisionistas de la camarilla de Tito?

Es especialmente sorprendente que haya quienes han declarado de manera abierta que las dos Declaraciones de Moscú son "fórmulas estereotipadas". Ellos no permiten que ningún Partido hermano desenmascare y condene al revisionismo yugoslavo, y consideran que quienes insisten en condenar al revisionismo yugoslavo "aplican las leyes bestiales del mundo capitalista" y persisten en "la moralidad bestial". Cabe preguntarse: ¿Qué fin persiguen al calificar la Declaración de Moscú de 1960, aprobada unánimemente por los ochenta y un Partidos hermanos, como "fórmulas estereotipadas" y como "leyes bestiales del mundo capitalista"? ¿Es que quieren romper las dos Declaraciones de Moscú? Si la condenación que se hace al revisionismo yugoslavo de acuerdo con la Declaración de Moscú de 1960 es considerada incluso como "moralidad bestial", ¿qué moralidad es la violación de las dos Declaraciones de Moscú y la ansiedad por "estrangular" a un Partido hermano y un país hermano?

También hemos oído hablar al camarada Togliatti incluso de la manera siguiente: "Esto justifica la posición mantenida por nosotros y algunas otras personas hacia los camaradas de Yugoslavia, corrigiendo así la resolución de 1960 (se refiere a la Declaración de Moscú acordada por unanimidad por los ochenta y un Partidos hermanos — Nota del redactor), la cual es incorrecta en este sentido." Queremos preguntar: ¿Qué derecho tiene el camarada Togliatti a declarar incorrecta tal o cual parte de la Declaración de Moscú de 1960 acordada unánimemente por los Partidos hermanos de los diversos países? ¿Qué derecho tiene a "corregir", a discreción, un solemne acuerdo internacional y romperlo a su antojo? Si uno o algunos Partidos pudieran "corregir" a sus anchas los acuerdos alcanzados unánimemente por los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países, ¿qué principios comunes habría que observar juntos?

Ciertas personas mantienen esa actitud despreciativa hacia los solemnes documentos aprobados unánimemente por el movimiento comunista internacional, y lejos de observar los documentos firmados por ellos mismos, ofenden a quienes se adhieren a ellos. Obviamente ésta es una traición completa.

Quisiéramos señalar aquí con énfasis que quienes tanto se interesan en revocar la sentencia aprobada sobre la camarilla yugoslava, intentan abrir una brecha en las dos Declaraciones de Moscú respecto al problema de Yugoslavia, y luego, romperlas por completo. Si esta tentativa suya tuviera éxito, significaría que las críticas hechas en los últimos años transcurridos al revisionismo yugoslavo por los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países serían todas erróneas y, en cambio, que la camarilla traidora de Tito estaría en lo correcto; significaría que las dos Declaraciones de Moscú serían erróneas y, por el contrario, que el programa del revisionismo yugoslavo sería correcto; significaría que los principios fundamentales del marxismo-leninismo estarían anticuados y no se podría luchar contra el revisionismo contemporáneo, menos aún decir que éste sería el peligro principal del movimiento comunista internacional; significaría que todos deberíamos seguir detrás de la camarilla de Tito y "fusionarnos con el descendiente de Kari Kautsky, su hijo Benedict".

Si así fuera, la estrategia y la táctica del movimiento comunista internacional deberían ser cambiadas por completo y la línea revolucionaria marxista-leninista debería ser sustituida por la línea capitulacionista del revisionismo. Si así fuera, ¿qué base común posible existiría para la unidad de los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países? ¿Acaso no es éste un intento deliberado de crear una escisión en el movimiento comunista internacional?

La apremiante tarea que ahora enfrentan los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países consiste en defender las dos Declaraciones de Moscú, así como en salvaguardar y fortalecer la unidad, tanto del campo socialista como del movimiento comunista internacional, sobre la base de estas dos Declaraciones. Apoyamos decididamente la unidad sobre la base de dichas Declaraciones y nos oponemos resueltamente a la "unidad" sobre la base del programa revisionista yugoslavo u otras cosas por el estilo. Nosotros, el Partido Comunista de China, junto con todos los demás Partidos hermanos, haremos incansables esfuerzos al respecto.

La causa del proletariado ha sido siempre internacional. Para conseguir el triunfo de esta causa común, los comunistas de los diversos países deben unirse y llevar a cabo una lucha conjunta. Sin la unidad ni cohesión del internacionalismo proletario, ningún país puede conseguir y consolidar la victoria de la causa revolucionaria.

Unico camino para salvaguardar la unidad

El único camino correcto para salvaguardar y fortalecer esta unidad, es el de la observancia de las normas que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos, normas establecidas por las dos Declaraciones de Moscú.

Las normas que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y entre los países hermanos, establecidas por las dos Declaraciones de Moscú son: el principio de establecer la cohesión sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario; el principio de apoyo mutuo y de ayuda recíproca; el principio de independencia e igualdad; el principio de llegar a la unanimidad por medio de consultas.

El observar o no, seriamente, las normas que rigen las relaciones entre los Partidos hermanos y países hermanos, constituye la prueba primordial de la sinceridad de todo comunista, en el sentido de si defiende verdaderamente la unidad del movimiento comunista internacional.

Las Declaraciones de Moscú, los dos documentos internacionales aprobados por unanimidad por los Partidos Comunistas y Obreros de los diversos países, tienen fuerza obligatoria para todos los Partidos hermanos. Los Partidos Comunistas y Obreros tienen la obligación de observarlos y no tienen en absoluto derecho alguno a destruirlos. Ningún Partido o grupo de Partidos tiene derecho a modificarlos ni a declararlos inválidos. En el movimiento comunista internacional, para cualquier Partido hermano, por más importante que sea su posición ni por muy grande que sea el papel que juega, su resolución, correta o errónea, sólo puede tener fuerza obligatoria para él mismo. En virtud de las normas de las dos Declaraciones de Moscú, no se admite la imposición de un programa, resolución, orientación y política de un Partido sobre los demás Partidos hermanos; no se admite que se consideren como cédula real, palabras llenas de contradicciones entre sí, irresponsablemente pronunciadas, hoy de esta manera y mañana de otra, por el dirigente de un Partido, ni que se exija de los demás Partidos hermanos que lo obedezcan; ni mucho menos se admite echar a patadas, a discreción, según la voluntad de uno o algunos Partidos, a tal o cual Partido hermano de las filas del movimiento comunista internacional, o incorporar, discrecional y forzadamente a los renegados del marxismo-leninismo a las mismas.

Debido a lo complicada y rápidamente cambiante de la situación internacional y a las circunstancias muy diferentes en que se hallan los Partidos hermanos, es difícil evitar el surgimiento de puntos de vista diferentes sobre tal o cual problema entre ellos. Lo importante radica en que cuando se producen divergencias entre los Partidos hermanos, hay que eliminarlas y llegar a la unanimidad de acuerdo con las normas que rigen las relaciones entre éstos, establecidas por las dos Declaraciones de Moscú y a través de las consultas internas sobre la base de igualdad; y de ninguna manera se debe poner de manifiesto públicamente ante el enemigo las divergencias existentes entre los Partidos hermanos, ni utilizar la prensa y otros instrumentos de propaganda para lanzar ataques públicos contra Partidos hermanos, ni mucho menos recurrir al Congreso de un Partido con este propósito. Es bien evidente que si se lanzan ataques públicos hoy contra un Partido hermano y mañana contra otro, entonces, ¿qué unidad existiría en el movimiento comunista internacional?

Consideramos que no es en absoluto la actitud que debe adoptar un comunista honrado, hablar del cese de los ataques mientras continúa lanzándolos. Como lo ha señalado el jefe de la Delegación del Partido del Trabajo de Corea al reciente Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania: "En este Congreso, que no es una conferencia internacional de los Partidos hermanos, mientras se habla del cese de las disputas públicas sobre las divergencias de opiniones y del fortalecimiento de la unidad, se han planteado una vez más, divergencias de opiniones entre los Partidos hermanos y, sobre todo, se han hecho críticas unilaterales al Partido Comunista de China. Sostenemos que ésta no puede ser considerada una actitud amistosa y de camaradería y que esta actitud no conduce a la unidad ni a la solidaridad por las que nos pronunciamos unánimemente."

Más vale hacer una cosa buena que contribuya a la unidad que pronunciar mil palabras vacías sobre la unidad. Es hora de detenerse al borde del precipicio. Más vale tarde que nunca. Esperamos sinceramente que el Partido hermano que lanzó primero los ataques concuerde sus palabras con sus actos, tome la iniciativa, retorne a la vía de las consultas internas en un pie de igualdad y a la vía de las normas que rigen las relaciones entre los Partidos y países hermanos, normas establecidas por las dos Declaraciones de Moscú.

El P.C. de Ch. hará lo que le corresponde

El Partido Comunista de China está perfectamente consciente de la responsabilidad que él mismo debe asumir en la salvaguardia y el fortalecimiento de la unidad del campo socialista y la del movimiento comunista internacional. Como siempre, no escatimaremos esfuerzos para hacer nuestra contribución al respecto. El Partido Comunista de China se ha pronunciado muchas veces y sigue pronunciándose, por la convocatoria de una conferencia de representantes de los Partidos Comunistas y Obreros de todos los países para que todos puedan sentarse con calma, coordinen sus puntos de vista a través de adecuadas discusiones de camaradería, con el fin de eliminar las divergencias y de reforzar la unidad sobre una nueva base. Junto con todos los demás Partidos hermanos, deseamos dar todos los pasos posibles para el alivio de las relaciones y el fortalecimiento de la unidad, con el objeto de mejorar la atmósfera y preparar las condiciones necesarias para la convocatoria de una conferencia de los Partidos hermanos.

Hoy día, el imperialismo acaudillado por los EE.UU. y todos los reaccionarios hacen frenéticos y desesperados esfuerzos con la vana intención de atascar y retornar la corriente de la época, impedir la liberación de las naciones y pueblos oprimidos y destruir el campo socialista. Frente a nuestro archi-enemigo, nosotros, los comunistas, debemos estrechar aún más que nunca nuestras filas y llevar adelante nún más firmemente las batallas comunes. Ninguna palabra o hecho perjudicial para la lucha contra el imperialismo y los reaccionarios de los diversos países, para la lucha revolucionaria de todos los pueblos del mundo, y para la unidad de los comunistas y los pueblos revolucionarios del mundo entero será aprobada ni por los comunistas del mundo entero, ni por el proletariado y los pueblos trabajadores de los diversos países, ni por todas las naciones y pueblos oprimidos, ni por todos los que luchan en defensa de la paz mundial.

La unidad del campo socialista y la del movimiento comunista internacional constituyen la fuente de nuestra fuerza y la esperanza de todas las naciones y pueblos oprimidos del mundo entero. Mientras más unidos estemos, más contentos e inspirados estarán todos los pueblos del mundo. Cuanto más unidos estemos, tanto más se reforzará la confianza en la victoria de todos los pueblos revolucionarios y se asestarán golpes aún más fuertes al imperialismo y a los reaccionarios de los diversos países.

No debemos defraudar la esperanza de los pueblos del mundo entero. Debemos persistir firmemente en la unidad y oponernos a la escisión. Debemos estar por una unidad verdadera y contra una unidad falsa. ¡Unámonos sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario, así como sobre la base de las dos Declaraciones de Moscú!

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