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Directory Of Year 1963, Issue 1
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La Segunda Declaración de La Habana

Year:1963 Issue:1

Column: ARTICULOS

Author: Por YAO CHUN-TAO

Release Date:1963-03-06

Page: 39,40

Full Text:  

HACE un año, en. La Habana, en la Plaza de la Revolución "José Martí", más de un millón de cubanos, junto con los delegados a la Conferencia de los Pueblos de América Latina, aprobaron solemnemente la Segunda Declaración de La Habana, hecha por las Organizaciones Revolucionarias Integradas y el Gobierno Revolucionario de Cuba. La Declaración condena al imperialismo norteamericano por su rapiña y esclavización de América Latina y llama a los pueblos latinoamericanos a unirse para luchar por la verdadera independencia, la libertad y la emancipación.

Un programa de unidad y de lucha

En el último año, esta gran Declaración, que se considera como programa de unidad y de lucha de los pueblos latinoamericanos, se ha difundido por todos los rincones de América Latina, ha penetrado cada vez más en los corazones y ha llegado a ser una bandera para unir a los pueblos latinoamericanos en la lucha contra el imperialismo y por la liberación.

En diversos países latinoamericanos, la Declaración ha sido ampliamente leída y calurosamente discutida por campesinos, obreros e intelectuales. En el Perú y en el Ecuador, los campesinos que viven en regiones montañosas y apartadas invitaron a delegados que habían visitado a Cuba, a explicarles el documento. En Venezuela, Colombia y Guatemala, los guerrilleros que luchan en las sierras y en las zonas rurales, fueron estimulados enormemente y elevaron aún más su voluntad combativa después de estudiar este documento. Cuando no combatían, explicaban el documento a los habitantes de la región, alentándoles para que aprendieran del pueblo cubano su ejemplo combativo. Un chileno escribió en su carta al pueblo cubano: "La Segunda Declaración de La Habana es un importante documento histórico. En América Latina se ha empezado a seguir el ejemplo de ustedes. Los pueblos del continente comienzan a despertar y a comprender su misión. Romperemos por la fuerza todas las cadenas."

Inspirada por esta gran Declaración, la lucha de los pueblos latinoamericanos por la independencia y la autodeterminación, por la tierra y el derecho a vivir, surgió impetuosamente el año pasado como el furioso oleaje del Caribe.

El movimiento obrero

El año pasado, el movimiento obrero de los países latinoamericanos siguió creciendo. Los trabajadores brasileños declararon dos huelgas generales en julio y septiembre, durante las cuales se fundó un comando general de los trabajadores. En estas huelgas participaron tres millones de obreros de más de 1.900 sindicatos. En la Argentina, las huelgas abarcaron todas las ramas de la economía. La huelga general del 29 de mayo del año pasado fue la más poderosa en la historia del movimiento obrero argentino. En esta lucha se formaron nuevas organizaciones de masas, tales como piquetes de huelguistas. En Chile, en noviembre del año pasado, estalló la mayor huelga registrada en la historia del país, en la cual participaron cerca de un millón de personas, casi la mitad del total de los obreros y empleados de Chile. En Colombia, el movimiento obrero también experimentó un nuevo ascenso durante el último año. Según datos incompletos, hubo 25 luchas importantes en las grandes ciudades. En estas luchas participaron más de 59.000 obreros, cifra no pequeña para este país fundamentalmente agrícola.

Los campesinos luchan por la tierra

El año pasado, el acontecimiento de mayor importancia en los países latinoamericanos fue el rápido desarrollo del movimiento campesino. Como señala la Segunda Declaración de La Habana, "Si bien es cierto que en los países subdesarrollados de América la clase obrera es, en general, relativamente pequeña, hay una clase social que por las condiciones subhumanas en que vive constituye una fuerza potencial que, dirigida por los obreros y los intelectuales revolucionarios, tiene una importancia decisiva en la lucha por la liberación nacional: los campesinos". En muchos países latinoamericanos son precisamente los campesinos los que llevan a cabo la lucha contra el sistema del latifundio feudal. Demandan la reforma agraria, y se niegan con persistencia a pagar las rentas e impuestos.

La lucha de los campesinos se desarrolla hasta adoptar la forma de apoderarse de la tierra por medio de la fuerza. El movimiento campesino, en coordinación con el movimiento obrero, llega a ser, cada día más, una poderosa fuerza antiimperialista y antifeudal. En una dilatada zona del Nordeste del Brasil, la lucha de los compesinos por la existencia y contra la opresión ha alcanzado una nueva altura. Por la no realización de su demanda de la reforma agraria, los campesinos no tienen más remedio que recobrar por la fuerza las tierras apropiadas por los latifundistas y las compañías extranjeras. Gracias a la lucha, los campesinos sin tierra se han instalado en muchas granjas. Gran extensión de tierras fértiles a lo largo de la costa del Nordeste del Brasil han sido tomadas de este modo por los campesinos. En muchos lugares, casi existe un estado de guerra entre los campesinos que luchan por la tierra y los latifundistas.

En el Perú, los campesinos indígenas no pueden tolerar más la opresión. Desde principios del año pasado, miles de campesinos indígenas, que tienen una gloriosa tradición de lucha contra la tiranía, se han reunido y, machete en mano, han recuperado de los latifundistas y las compañías extranjeras decenas de miles de hectáreas de tierra. Los campesinos construyeron barricadas en las tierras por ellos ocupadas y lucharon contra las tropas gubernamentales y la policía, con piedras y machetes.

La lucha de los campesinos ha recibido un amplio apoyo, especialmente de los obreros agrícolas. En el Perú, diez mil obreros agrícolas de cuarenta granjas al Sur de Lima declararon una huelga a principios de diciembre del año pasado. Con el rápido desarrollo del movimiento campesino, se han fortalecido las organizaciones campesinas de diversos países. En 16 de los 21 estados del Brasil, se han formado ligas de los campesinos, con cien mil miembros en total. La lucha por la tierra también se desarrolla vigorosamente en Chile, Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Panamá y México. Esta lucha que crece como una tormenta, asesta violentos golpes al sistema de latifundio y al capital monopolista norteamericano.

La lucha armada

Frente a su aguda crisis sin precedentes, el imperialismo norteamericano y los reaccionarios de diversos países recurren a una represión cruel de los patriotas e intensifican su dominio fascista. En Venezuela se han suspendido las garantías constitucionales; los periódicos y revistas progresistas han sido clausurados; las huelgas de los obreros, aplastadas, y millares de patriotas, encarcelados. Como todos los caminos de la democracia y la paz están cerrados, el pueblo se ve obligado a tomar las armas para conquistar la liberación. A principios de marzo del año pasado, aparecieron guerrillas del pueblo venezolano contra el dictatorial régimen proyanqui de Betancourt. Una vez aparecidas, estas fuerzas populares, el Ejército de Liberación Nacional, encendieron pronto la llama revolucionaria y ganaron el caluroso apoyo del pueblo, sobre todo de los campesinos de las zonas montañosas. Ahora las actividades guerrilleras del Ejército de Liberación Nacional se han extendido a muchas partes de los veinte estados de Venezuela.

Esto confirma plenamente la siguiente tesis de la Segunda Declaración de La Habana: "Allí donde están cerrados los caminos de los pueblos, donde la represión de los obreros y campesinos es feroz, donde es más fuerte el dominio de los monopolios yanquis, lo primero y más importante es comprender que no es justo ni es correcto entretener a los pueblos con la vana y acomodaticia ilusión de arrancar (del Poder), por vías legales que ni existen ni existirán, a las clases dominantes."

Esto también demuestra con elocuencia que el camino de la revolución cubana es completamente acertado. Los pueblos de muchos países latinoamericanos han comprendido este camino. En Guatemala, una guerrilla formada como resultado de una sublevación de jóvenes militares patriotas actúa ahora en muchas partes del país. En Colombia, República Dominicana, Nicaragua, Paraguay y otros países, las actividades guerrilleras son frecuentes. Las guerrillas de varios países han comenzado a unirse y formar una alianza respectivamente con todas las fuerzas antiimperialistas y antidictatoriales de sus países para realizar luchas conjuntas y han establecido organizaciones del frente único nacional y democrático.

La gran vitalidad de la Declaración

El movimiento revolucionario popular, que se desarrolló vigorosamente en América Latina en el último año, muestra que los pueblos latinoamericanos avanzan con valor, manteniendo en alto la gloriosa bandera de la Segunda Declaración de La Habana. Esta gran Declaración revolucionaria ha comenzado a demostrar su inmensa vitalidad. El imperialismo norteamericano y los reaccionarios de diversos países tratan por todos los medios de impedir su reimpresión y distribución. Este documento es prohibido en muchos países latinoamericanos. En Guatemala y Venezuela, los que lo guardaban, leían o distribuían fueron arrestados o perseguidos. Sin embargo, estos viles medios de los reaccionarios no pueden impedir la divulgación de la verdad de la revolución. Copias mimeográficas y manuscritas del texto de la Declaración pasan secretamente de una persona a otra. Donde no se puede conseguir el documento, se escucha el texto transmitido por radio de La Habana, luego se reproduce a mimeógrafo, en forma de folleto, y se distribuye. También se celebran reuniones para explicar a los analfabetos el contenido de la Declaración.

En muchos países latinoamericanos, representantes de diferentes tendencias políticas y conocidas personalidades de todas las capas sociales, así como organizaciones obreras, campesinas, femeninas, juveniles y estudiantiles han hecho declaraciones o adoptado resoluciones para expresar su caluroso apoyo a la Segunda Declaración de La Habana y al camino que señala la Declaración de luchar contra la esclavización por parte del imperialismo norteamericano y de conquistar la independencia y la liberación. Francisco Juliao, presidente de la Liga de los Campesinos del Brasil, dijo: "La Segunda Declaración de La Habana es un documento verdadero de significación histórica y decisiva." "Es una carta que guía a las fuerzas que luchan en toda América Latina para que nuestros pueblos puedan liberarse de la opresión imperialista y de la esclavización por los propietarios de latifundios." No cabe ninguna duda que esta gran Declaración, que representa la aspiración común de doscientos millones de personas y posee una fuerte vitalidad, ejercerá una influencia cada vez más profunda sobre la lucha conjunta de los pueblos latinoamericanos contra el imperialismo y por la liberación.

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